En mayo de 2025, el sector industrial mexicano mostró un leve respiro tras sufrir cuatro meses de retrocesos consecutivos. Aunque el repunte es mínimo, esta alza confirma un punto de inflexión que merece atención. El valor de 48.7 puntos obtenido por el Índice Global de Opinión Empresarial de Confianza (IGOEC) con cifras desestacionalizadas permite analizar tanto caída anual acumulada de 5.9 puntos como las expectativas de un nuevo ciclo de crecimiento.
El IGOEC de mayo exhibió un incremento de 0.1 unidades frente a abril, el primero después de cuatro meses a la baja. Sin embargo, este dato aún se ubica por debajo del umbral de 50 puntos, lo que refleja el predominio del pesimismo en el sector. En términos interanuales, la confianza industrial acumula una pérdida de 4.3 puntos, y la disposición de las empresas para invertir cayó 10.8 unidades.
Según Inegi, “El IGOEC alcanzó en mayo un nivel de 48.7 puntos con cifras desestacionalizadas, recuperándose apenas tras una caída anual acumulada de 5.9 puntos”. Este leve repunte apenas compensa el deterioro de la primera mitad de 2025.
La confianza de los empresarios está marcada por varios determinantes. En primer lugar, las políticas comerciales de Estados Unidos y la soja de mercados exteriores han generado un entorno internacional volátil y cambiante que frena decisiones de inversión. La desaceleración de la economía nacional añade otra capa de incertidumbre.
Dentro del índice, el componente de perspectiva económica evalúa el contexto global y local. Mientras tanto, el subíndice de situación de la empresa refleja la capacidad interna de producción y la logística. Finalmente, la medida de si es un momento adecuado para invertir sigue alejado de cifras optimistas, penalizado por efectos del conflicto comercial y presiones inflacionarias.
Mantenerse por debajo de 50 unidades significa que la mayoría de los empresarios cuestiona la solidez del entorno para crecer. Esto provoca:
La confianza es un motor clave para dinamizar la economía. Cuando el sector industrial exhibe nivel por debajo del promedio histórico, se desacelera el consumo, la oferta de productos y, en última instancia, el bienestar laboral.
A pesar de la cautela, existen caminos para fortalecer la confianza y sentar las bases de un repunte más sólido. Se sugieren estrategias de diversificación y gestión de riesgos que permitan a las empresas adaptarse al contexto actual:
Estas acciones, combinadas con un monitoreo constante de indicadores económicos, ayudarán a las compañías a tomar decisiones informadas y oportunas.
El repunte de mayo de 2025, aunque discreto, ofrece una luz de esperanza. Superar el umbral de 50 puntos será clave para consolidar la confianza y garantizar inversiones sostenibles. Con un enfoque proactivo y incertidumbre macroeconómica nacional e internacional en mente, los empresarios pueden adoptar medidas que no solo mitiguen riesgos, sino que también impulsen el crecimiento a largo plazo.
En un entorno marcado por retos externos y presiones internas, la resiliencia y la innovación se erigen como pilares fundamentales. Si las empresas industriales logran integrar buenas prácticas de gestión y colaborar estrechamente con actores públicos y privados, podrán transformar este momento de duda en una oportunidad para reinventarse y prosperar.
Referencias