En un entorno global marcado por tensiones geopolíticas y volatilidad financiera, los mercados emergentes mantienen un **impulso inversor sorprendente**. A pesar de desafíos como el fortalecimiento del dólar y posibles medidas proteccionistas en EE. UU., estos países siguen atrayendo flujos de capital gracias a sus perspectivas de crecimiento y reformas estructurales.
Este artículo explora las razones detrás de este fenómeno, los factores de fortaleza que fidelizan a los inversores y los riesgos clave que gobiernos y empresas deben gestionar para preservar la confianza a largo plazo.
Para 2025, las previsiones de organismos internacionales apuntan a un **crecimiento económico relativamente robusto** en los países emergentes. S&P Global Ratings elevó las proyecciones de PIB de Argentina en un punto porcentual y de Turquía en 0,7 puntos, gracias a la estabilización macroeconómica y el repunte de la demanda interna.
El Banco Mundial estima que América Latina y el Caribe crecerán 2,7%, Asia Meridional 3,7% y África Subsahariana consolidará avances sostenibles. Este dinamismo contrasta con el estancamiento o el moderado avance de algunas economías desarrolladas.
Los mercados emergentes han fortalecido sus posiciones externas y reducido presiones sobre la balanza de pagos, con reservas de divisas que han aumentado significativamente. Esta tendencia se combina con la **normalización de la inflación** y políticas fiscales más prudentes.
En paralelo, las empresas locales muestran balances corporativos más sólidos, con niveles de apalancamiento neto por debajo de sus pares en mercados desarrollados. Dos tercios de las revisiones de calificación sobre deuda soberana han sido al alza, ubicando a estos países en su mejor momento desde la pandemia.
Estos ingredientes subrayan por qué, pese a la incertidumbre externa, los inversionistas buscan oportunidades fuera de las plazas tradicionales.
Ante la búsqueda global de rendimiento, muchos gobiernos emergentes han lanzado **incentivos fiscales competitivos** para atraer inversión extranjera directa. La guerra de ventajas tributarias puede generar riesgos fiscales, pero a corto plazo impulsa la llegada de capital fresco.
Al mismo tiempo, las reformas estructurales y las políticas macroeconómicas más ortodoxas han reforzado la credibilidad ante fondos globales de largo plazo, que valoran la estabilidad institucional y la transparencia.
Aunque la inyección de capital es sólida, persisten amenazas relevantes. Muchos emergentes enfrentan alta exposición a deuda externa denominada en dólares. Una subida de las tasas globales o una mayor apreciación del dólar elevaría el coste de servicio de deuda.
La reaparición de políticas proteccionistas en EE. UU., ante un posible retorno de discursos arancelarios, y las tensiones geopolíticas en Europa y Asia generan **volatilidad en los flujos de capital**. Además, la competencia tributaria entre regiones puede desembocar en una **carrera a la baja en impuestos**, minando la sostenibilidad de las cuentas públicas.
De cara al medio plazo, se espera una **persistencia de la entrada de capital** en mercados emergentes, impulsada por la búsqueda de rentabilidad relativa en un entorno de bajo crecimiento global. Los gestores de fondos apuestan por la diversificación y reajustan sus carteras para elevar la exposición a estas economías.
Los principales motores de esta dinámica incluyen la recuperación gradual de China, el avance de reformas internas y la creciente integración de estos países en cadenas de valor globales.
En definitiva, los mercados emergentes ofrecen **oportunidades atractivas** pese a los vientos políticos y financieros adversos. Su capacidad para mantener fundamentos sólidos, aplicar reformas y competir por inversión les permite resistir la presión externa.
Sin embargo, la gestión de riesgos —especialmente la deuda externa y la volatilidad política— será decisiva para consolidar este flujo inversor en el largo plazo. Los actores globales deberán equilibrar la búsqueda de rendimiento con una evaluación rigurosa de la sostenibilidad de cada economía.
Referencias