El auge del turismo global no solo impulsa sueños de viaje, sino que también se traduce en crecimiento sostenido del turismo global y beneficios concretos para economías emergentes.
Con cifras récord de gasto y empleo, el sector se consolida como uno de los motores principales del desarrollo en el Sur global.
En 2024, el turismo aportó el 10% al PIB mundial, alcanzando un valor estimado de 10,9 billones de dólares, un incremento notable del 8,5% respecto al año anterior.
Para 2025, las proyecciones apuntan a un máximo histórico de 11,7 billones de dólares, equivalente al 10,3% del PIB global, creación de 14 millones de empleos y un total de 371 millones de puestos de trabajo relacionados con el turismo.
El gasto de los visitantes internacionales alcanzaría un récord de 2,1 billones de dólares, superando con creces los niveles de 2019 y dejando claro que la recuperación del sector es más que una tendencia pasajera.
En Latinoamérica, el turismo representó en 2023 un aporte de 367,4 mil millones de dólares, equivalente al 7,8% de la economía regional.
Esta cifra combinó un gasto internacional de 54,5 mil millones de dólares y un turismo interno que alcanzó los 219,7 mil millones, superando ampliamente los niveles prepandemia.
WTTC prevé que para 2024 la contribución regional podría ascender a 386 mil millones de dólares y que el turismo doméstico crezca un 7,5% adicional.
Esta recuperación no es fortuita: varias economías del Sur han sabido aprovechar los vientos globales para aportó 367,4 mil millones de dólares al PIB y fortalecer sus mercados bursátiles.
Detrás de estos números se esconden dinámicas y estrategias que han permitido a países emergentes tomar ventaja.
Estas iniciativas se combinan con una oferta diversa, que va desde playas paradisíacas hasta ciudades históricas, pasando por zonas rurales con rutas de aventura.
El interés por destinos emergentes ha crecido gracias a una tendencias de demanda global al alza y a la búsqueda de mejor relación calidad-precio para viajeros en un contexto de presupuesto ajustado.
Aunque el panorama es auspicioso, existen amenazas que podrían ralentizar este impulso.
Los expertos coinciden en que un manejo responsable y políticas públicas acertadas serán clave para mantener el ritmo de crecimiento sin comprometer el bienestar local.
El turismo internacional ha demostrado ser enfoque innovador y resiliencia empresarial ante crisis económicas y sanitarias.
Las economías del Sur, especialmente en América Latina, África y el Sudeste Asiático, tienen la oportunidad de consolidar su posición en el mercado global al ofrecer nuevas rutas y conectividad flexible, productos culturales únicos y una atención al cliente cada vez más sofisticada.
A nivel local, los beneficios se reflejan en la creación de empleo, el fortalecimiento de pequeñas y medianas empresas y el mejoramiento de infraestructuras básicas, desde aeropuertos hasta servicios de transporte terrestre.
El reto consiste en equilibrar el crecimiento económico con la preservación del patrimonio natural y cultural. Implementar normativas de turismo responsable y fomentar la colaboración entre gobiernos, sector privado y comunidades locales serán pasos fundamentales.
Para los viajeros, esta dinámica global representa la posibilidad de descubrir destinos que antes resultaban inaccesibles o desconocidos, contribuyendo directamente al desarrollo de regiones que, hoy, ven en el turismo una fuente de prosperidad y estabilidad.
En definitiva, el turismo internacional se perfila como un motor clave para la valorización de empresas en bolsas emergentes, la generación de empleo y la diversificación económica. Con una visión estratégica y un enfoque sostenible, las economías del Sur pueden transformar la llegada de visitantes en una oportunidad para crecer de manera inclusiva y duradera.
Referencias