La segunda mitad de 2025 se perfila como un período decisivo para el mercado de salidas a bolsa a nivel global. Tras un inicio de año agitado por tensiones comerciales y volatilidad macroeconómica, el apetito inversor se ha recuperado con fuerza.
Con un notable recuperación del mercado global de ofertas públicas iniciales en la primera mitad del año, la expectativa es que empresas de cinegética tecnología, fintech y salud rompan récords de recaudación en instrumentos de renta variable.
En el primer semestre de 2025, las IPOs en Estados Unidos crecieron un 85,5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este impulso se produjo a pesar de la imposición de nuevos aranceles del 25 por ciento a decenas de países, lo que generó nerviosismo en ciertos sectores.
La combinación de una inflación acercándose al objetivo del dos por ciento en EE UU y la posibilidad de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal ha reforzado la confianza empresarial. Asimismo, se observa aumento de la actividad en EE.UU. en comparación con mercados europeos y latinoamericanos, donde la recuperación es aún más gradual.
Este grupo de empresas ilustra la fuerza de los sectores en auge: fintech, inteligencia artificial y salud. La preparación de estos emisores refleja un pipeline de empresas preparándose para debutar ante inversores ávidos de activos de alto crecimiento.
Varias razones explican esta ola de salidas a bolsa. En primer lugar, los mercados bursátiles muestran señales de fortaleza tras un rally sostenido que disipó en parte los temores de recesión. Además, la presión de fondos de capital privado impulsa a grandes actores a buscar liquidez para sus portafolios.
El respaldo de inversores institucionales y la renovada confianza de los CEOs han sido claves para que startups que pospusieron su debut en 2022 y 2023 vuelvan al escenario público.
A pesar de las señales alentadoras, persisten riesgos significativos. La guerra comercial y la imposición de aranceles añaden incertidumbre a las cadenas de suministro. Asimismo, la emisión de hasta un billón de dólares en bonos del Tesoro podría competir por la atención de los inversores institucionales.
En Europa, los debates presupuestarios y las decisiones institucionales pueden condicionar la confianza, aunque el impacto inicial es más contenido en comparación con el mercado norteamericano.
Para los próximos meses, conviene prestar atención a determinadas dinámicas que podrían marcar un hito en la evolución de las IPOs:
La combinación de estos elementos sugiere que la segunda mitad de 2025 puede convertirse en una de las ventanas más activas para las ofertas públicas iniciales en la última década.
Para inversores y analistas, el desafío será equilibrar la emoción ante oportunidades de alto retorno con un análisis riguroso de riesgos. Mantenerse informado sobre cambios regulatorios, evolución de las tasas de interés y resultados de las empresas clave será fundamental.
En definitiva, la esperada nueva ola de IPOs no solo refleja la salud de los mercados de capitales, sino también la capacidad de las empresas innovadoras para atraer recursos y expandirse globalmente. El semestre que arranca promete ser un verdadero termómetro del apetito inversor por la próxima generación de líderes industriales.
La pregunta ahora es cómo responderán los mercados a estas debutantes, y si observarán un nuevo capítulo de crecimiento sostenido o enfrentarán retrocesos ante factores externos. Lo cierto es que el escenario está servido para un tramo final de año lleno de expectativas y oportunidades.
Referencias